Dos ciegos reciben la vista:

 Pasando Jesús de allí, le siguieron dos ciegos, dando voces y diciendo: ¡Ten misericordia de nosotros, Hijo de David! 28Y llegado a la casa, vinieron a él los ciegos; y Jesús les dijo: ¿Creéis que puedo hacer esto? Ellos dijeron: Sí, Señor. 29Entonces les tocó los ojos, diciendo: Conforme a vuestra fe os sea hecho. 30Y los ojos de ellos fueron abiertos. Y Jesús les encargó rigurosamente, diciendo: Mirad que nadie lo sepa. 31Pero salidos ellos, divulgaron la fama de él por toda aquella tierra.” Mateo 9:27-31.

 

Todo Israel esperaba a su Mesías y estaban seguros de que seria Hijo de David porque Dios así se lo había prometido a David: “Y cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus padres, yo levantaré después de ti a uno de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas, y afirmaré su reino. 13El edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre el trono de su reino” 2 Samuel 7:12-13. Hasta estos no videntes lo sabían.

 

Recordemos como viene la fe al hombre y es por el oír, estos dos hombres no videntes no han podido ver ni un solo milagro de Jesús ni han podido ver como era EL, pero, si hay oído de sus milagros y eso ha producido fe en ellos porque la fe viene por oír como Pablo se lo escribió  los hermanos en Roma: “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.” Romanos 10:17. La lógica de los no videntes puedo haber sido esta: Si este hombre puede expulsar demonios, sanar a los enfermos y resucitar muertos entonces puede abrir nuestros ojos. Sin duda, el propósito de nuestro Señor fue no sólo poner la fe de ellos a prueba por medio de esta pregunta, sino hacerla más profunda, aumentar la expectativa de su curación, y así prepararlos a recibirla; y el reconocimiento sincero de su poder, expresado con tanta sencillez, muestra cuán completamente el Señor había conseguido su propósito.

 

Dios había revelado a través de los profetas que esta seria una de los poderes que demostraría el Mesías, leamos lo que escribió Isaías: “Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán. 6Entonces el cojo saltará como un ciervo, y cantará la lengua del mudo; porque aguas serán cavadas en el desierto, y torrentes en la soledad.” Isaías 35:5-6. Y mas adelante dice: “para que abras los ojos de los ciegos, para que saques de la cárcel a los presos, y de casas de prisión a los que moran en tinieblas.” Isaías 42:7.

 

Jesús hace este milagro tomando en cuenta la fe de ellos pero cuando sano al paralitico la fe que tomo en cuenta fue la de los cuatro amigos.

 

Era imposible que los que recibían un milagro como este pudieran callar. Cada una de las personas que fueron bendecidas con el Poder del Señor estaban llenas de gozo y gratitud. Por eso es que estos no videntes ya tenían fe en el Señor poque habían escuchado de sus milagros poderosos. El problema es que entre más fama más gente buscando al Mesías. Los dos ciegos fueron sanados. Pudieron ver con claridad, pues Jesús nunca obró milagros a medias.    

 

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