El corazón del Hijo de Dios (7):

VII: Bienaventurados los que procuran la paz, pues ellos serán llamados hijos de Dios…

  1. ¿Qué significa ser un pacificador?
  2. La Biblia repetidamente nos reta a buscar la paz con su prójimo y con nuestro hermano; Sal. 34:12-14; Heb. 12:14. Aquí se pronuncia una bendición sobre todos aquellos que, habiendo recibido la reconciliación con Dios por medio de la cruz, ahora procuran, por su mensaje y por su conducta, ser instrumentos para impartir este mismo don a los demás.
  3. Se esfuerzan por reconciliar a las partes contendientes, su gran trabajo es reconciliar a los pecadores con Dios; 2 Cor. 5:19-20.
  4. Por medio de la palabra y el ejemplo estos pacificadores, que aman a Dios, se aman unos a otros y aun a sus enemigos, y promueven la paz entre los hombres; Rom. 12:18; Sant. 3:18. Cuán grande es la bendición de la paz, los pacificadores, por su palabra y su ejemplo, preservan la vida, la prosperidad, la felicidad. No se ofenden fácilmente, si se ofenden no son irreconciliables.
  5. Un pacificador entiende que la paz no es solamente que un conflicto termine, pero es también promover, desarrollar y buscar la armonía entre los hermanos; Efe. 4:1-3; Sant. 4:16-18. Consecuentemente para ser un pacificador, nosotros debemos de seguir el mismo proceso que uso Jesús, al traer la paz a este mundo.
  6. Remover todo lo que nos esté separando, todo lo que nos hace enemigos; Efe. 2:14-16.
  7. Pensar menos en nosotros, más en los demás y en la iglesia; Efe. 2:16; Filip. 2:2-8, 19-21.
  8. No tener preferencias, ni tomar partidos; Efe. 2:17; Rom. 12:16-21. Estén unidos, de acuerdo.
  9. Usemos la Biblia como la única guía para gobernar todas las relaciones; 2 Tim. 3:16-17.
  10. Ejemplos bíblicos de los que escogieron ser pacificadores.
  11. El apóstol Pablo cuando confronto a Pedro por su hipocresía, Pablo buscaba la paz y la armonía entre los judíos y gentiles cristianos; Gálatas 2:11-21; lo mismo dijo a los cristianos en Roma; Rom. 14:1-3, 10, 13; 1 Cor. 10:32-33.
  12. Jesús al morir en la cruz probó que era una pacificador; Efe. 2:14-17.
  13. Bernabé al ayudar a Saulo de Tarso, cuando los discípulos no lo querían aceptar ni creer que él ya era uno de los discípulos; Hechos 9:26-31.
  14. Los verdaderos pacificadores son aquellos cuyo líder es el Dios de paz; 1 Cor. 14:33; 1 Tes. 5:23, los que anhelan la paz con todos los hombres; Rom. 12:18; Heb. 12:14, los que proclaman el evangelio de la paz, y modelan sus vidas según el Príncipe de paz; Luc. 19:10; Jn. 13:12–15; Mat. 10:8.
  15. ¿Qué se les ha prometido a los pacificadores? Ellos serán llamados hijos de Dios.
  16. Aquellos que de palabra y por su ejemplo son promotores de esta paz son llamados bienaventurados. Su título es “hijos de Dios”, designación de elevado honor y dignidad, mostrando que por el desarrollo de la paz han entrado en la esfera misma de la actividad de su Padre. Son sus colaboradores. Por su actitud de confianza y sus muchas buenas obras, realizadas por gratitud y para la gloria de Dios, se han convertido en agentes del Señor que en todo lugar están comprometidos en la tarea de expulsar el mal de los corazones de los hombres, llenándolos con todo lo que es bueno y noble; Rom. 12:17-21; Fil. 4:8-9.
  17. Son, por decirlo así, el “cuerpo de paz” de Dios, ya son hijos de Dios; 1 Jn. 3:1. Qué amor, en «clase» y en «grado.» En especie, el más tierno y el más noble al adoptarnos en su familia, y al permitirnos dirigirnos a Él como nuestro Padre; En «grado» el más exaltado, ya que no hay amor superior que se pueda mostrar que al adoptar un huérfano pobre y sin amigos, y darle un padre y un hogar. Incluso Dios no podía concedernos más valioso símbolo de afecto que el de ser adoptados en su familia y permitidos considerarlo como nuestro Padre. Cuando recordamos lo insignificantes que somos como criaturas, y cuán ingratos, rebeldes y viles hemos sido como pecadores, bien podemos estar asombrados del amor que nos adoptaría en la santa familia de Dios, para que podamos ser considerados y Tratados como los hijos del Altísimo. Un príncipe no podía manifestar mayor amor por un huérfano vagabundo, vicioso y pecador vil, que se encontraba en las calles, que adoptándolo en su propia familia y admitiéndole los mismos privilegios y honores que sus propios hijos; Y sin embargo esto sería un poco comparado con el honor que Dios nos ha otorgado. En el día del juicio será revelada públicamente su adopción como hijos de Dios; 1 Jn. 3:2; Apoc. 21:7.

 

Conclusión:

La Biblia identifica a Dios como un Dios de paz; Rom. 15:33, por lo tanto cuando nosotros activamente buscamos la paz, estamos siguiendo los pasos de nuestro Padre. Muestran a otros cómo se puede tener una genuina paz interior con Dios y cómo ser instrumentos de paz en el mundo.

 


Este Estudio Pertenece a Nuestro Hermano: Juan Antonio Salazar.

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