Introducción: ¿Qué es orar? Orar es una necesidad espiritual. Es la dependencia de la criatura con su hacedor: Lucas 18:1: “También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar”; 1 Tesalonicenses 5:17: “Orad sin cesar.”; Efesios 6:18-20: “orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos; 19y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio, 20por el cual soy embajador en cadenas; que con denuedo hable de él, como debo hablar.”
Orar es abrir nuestro corazón a Dios. Buscarle cada mañana al empezar nuestro día es la mejor forma de empezar. Es ponernos en sus manos, bajo su amparo.
Podemos estar ocupados, pero ninguno de nosotros ha estado más ocupado que el Señor. Hubo tiempos en su ministerio cuando había tanto por hacer y tanta gente yendo y viniendo a su alrededor que Jesús y sus apóstoles no tenían tiempo ni para comer: “Él les dijo: Venid vosotros aparte a un lugar desierto, y descansad un poco. Porque eran muchos los que iban y venían, de manera que ni aun tenían tiempo para comer.” (Marcos 6:31). Aun así, el Señor hizo lo que tenía que hacer para pasar un tiempo significativo solo con su Padre celestial.
Marcos registra una ocasión cuando: “Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba.” (Marcos 1:35). En el día muy ocupado cuando alimentó a los cinco mil, se nos dice que lo termino así: “Y después que los hubo despedido, se fue al monte a orar.” (Marcos 6:46). Lucas nos dice que el Señor buscaba tiempo: “Mas él se apartaba a lugares desiertos, y oraba.” (Lucas 5:16). Jesús es, por supuesto, nuestro ejemplo en todo. Por sus propias acciones, Jesús nos enseñó a orar. No podemos ser espiritualmente fuertes si descuidamos los medios a través de los cuales se construye esa fuerza.
Leamos Lucas 11:1: “Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos.”
Jesús era un hombre de oración y por esos sus discípulos desearon que les enseñara al ver el buen ejemplo de EL:
Veamos Mateo 6:5-15: “Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis. Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén. Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.”
Jesús nos enseña a orar de manera efectiva. Nos enseña como NO debemos orar y como SI debemos de orar.
Primero veamos como NO debemos de ORAR:
NO ORAR PARA SER VISTO: Mateo 6:5-6:
- La palabra para indica propósito.
- Muchos oraban para que la gente los alabara.
- Son muchos los que buscan la gloria de los hombres: Juan 12:42-43: “Con todo eso, aun de los gobernantes, muchos creyeron en él; pero a causa de los fariseos no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga. 43Porque amaban más la gloria de los hombres que la gloria de Dios.”
- La oración personal es intima. Es comunión con Dios. Es abrir nuestro corazón y expresar nuestro sentir.
NO ORAR CON VANAS REPETICIONES: Mateo 6:7-8:
- Los gentiles usaban las oraciones largas. Dice Jesús que son vanas repeticiones.
- Si confiamos en nuestro Dios vamos a demostrarlo al orar.
- El nos conoce y sabe nuestra situación.
- Debemos de orar e ir al grano.
NO ORAR TENIENDO ALGO SIN PERDONAR: Mateo 6:12, 14-15:
- El perdón siempre es condicional. Dios nos va a perdonar si nosotros estamos dispuestos a perdonar.
- Igual petición hace el apóstol Pedro, 1 Pedro 3:7: “Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.”
- No pongamos estorbos a nuestras oraciones.
- Un corazón dispuesto a perdonar es un corazón listo para orar.
Ahora veamos como SI debemos de ORAR:
SI DEBEMOS ORAR ASI: Mateo 6:9-15:
- Para dar gloria a Dios: Mateo 6:9.
- Para hacer peticiones espirituales: Mateo 6:10.
- Para hacer peticiones físicas: Mateo 6:11.
- Para pedir perdón por nuestros pecados: Mateo 6:12.
- Para pedir protección al momento de la prueba: Mateo 6:13.
CONCLUSIÓN: Jesús nos pide que evitemos en nuestras oraciones 3 cosas: Para ser visto. Vanas repeticiones. Falta de perdón. Pero nos anima a orar de manera correcta. Poniendo en primer lugar lo espiritual. Cuando descuidamos este privilegio estamos expuestos al desánimo. Saber que nuestra oración llega hasta la presencia de Dios nos debe hacer sentir lo importante que somos para Dios. Oremos como Jesús oraba: Hebreos 5:7-9: “Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente. Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen.”