La pregunta sobre el ayuno:

(Mr. 2.18–22; Lc. 5.33–39)

 

“Entonces vinieron a él los discípulos de Juan, diciendo: ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos muchas veces, y tus discípulos no ayunan? 15Jesús les dijo: ¿Acaso pueden los que están de bodas tener luto entre tanto que el esposo está con ellos? Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces ayunarán. 16Nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo; porque tal remiendo tira del vestido, y se hace peor la rotura. 17Ni echan vino nuevo en odres viejos; de otra manera los odres se rompen, y el vino se derrama, y los odres se pierden; pero echan el vino nuevo en odres nuevos, y lo uno y lo otro se conservan juntamente.” Mateo 9:14-17.

Aquí tenemos una pregunta hecha por discípulos sinceros. Su duda era real. Dios había enseñado a su pueblo a ayunar el día de la expiación, leamos: “A los diez días de este mes séptimo será el día de expiación; tendréis santa convocación, y afligiréis vuestras almas, y ofreceréis ofrenda encendida a Jehová.” Levíticos 23:27. Pero en los días de Cristo los lideres religiosos habían agregado muchos ayunos más.

Jesús no mando ni prohibió el ayuno, lo dejo a decisión personal.

Tengamos presente que la palabra ayudar significa abstenerse y en este sentido nos abstenemos cada día del pecado como Pablo les enseño a los hermanos Tesalonicenses: “Absteneos de toda especie de mal.” 1 Tesalonicenses 5:22.

Las bodas de los Judíos dilataban varios días y era ocasión para comer y gozarse. Estando presente Cristo hay razones para estar contento.

El día cuando Cristo murió, ahí empezó la tristeza para los Apóstoles. Leamos en el Libro de Juan: “De cierto, de cierto os digo, que vosotros lloraréis y lamentaréis, y el mundo se alegrará; pero aunque vosotros estéis tristes, vuestra tristeza se convertirá en gozo.” Juan 16:20. El momento cuando el Señor resucito volvió el gozo a ellos.

Lo que Cristo enseño es que todo tiene su tiempo. Hay momentos para estar contentos, gozosos y hay momentos para estar triste y es ahí cuando ayudamos de manera natural.

Los remiendos se ponen de acuerdo a la tela y al tiempo. La segunda ilustración de los odres refuerza la primera. Lo viejo con lo viejo y lo nuevo con lo nuevo.

Cristo hizo posible la mejor noticia que la humanidad ha recibido y es el perdón de los pecados. Eso es el evangelio es la mejor noticia. Todo esto nos trae gozo. Pero ya sabemos que tendremos momentos tristes porque habrá pruebas y persecuciones. Pero Cristo nos ha traído esperanza que nuestra alma no valla al infierno sino al Cielo.

 

 

Esta entrada fue publicada en Uncategorized. Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *