La recompensa de la fe persistente:

El Señor se mueve hacia el norte de Palestina y llega a la región de Tiro y Sidón. Parece que deseaba estar alejado de todo el trabajo incansable que ha venido realizando, quería pasar desapercibido, pero no pudo porque su fama ya había llegado a esa región.

“Levantándose de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón; y entrando en una casa, no quiso que nadie lo supiese; pero no pudo esconderse. 25Porque una mujer, cuya hija tenía un espíritu inmundo, luego que oyó de él, vino y se postró a sus pies. 26La mujer era griega, y sirofenicia de nación; y le rogaba que echase fuera de su hija al demonio. 27Pero Jesús le dijo: Deja primero que se sacien los hijos, porque no está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perrillos. 28Respondió ella y le dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos, debajo de la mesa, comen de las migajas de los hijos. 29Entonces le dijo: Por esta palabra, ve; el demonio ha salido de tu hija. 30Y cuando llegó ella a su casa, halló que el demonio había salido, y a la hija acostada en la cama.” Marcos 7:24-30.

Una mujer le reconoció y vino a EL y se postro, la misma palabra aparece en: “Y los espíritus inmundos, al verle, se postraban delante de él, y daban voces, diciendo: Tú eres el Hijo de Dios.” Marcos 3:11, los demonios lo reconocían y se postraban. “Entonces la mujer, temiendo y temblando, sabiendo lo que en ella había sido hecho, vino y se postró delante de él, y le dijo toda la verdad.” Marcos 5:33 La mujer sintió el poder de Jesús y al ver que no había quedado oculta se postro en señal de humildad, adoración y gratitud. “Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador.” Lucas 5:8. La pesca milagrosa convenció a Pedro que estaba ante un hombre santo y que el era indigno de estar en su presencia. “Este, al ver a Jesús, lanzó un gran grito, y postrándose a sus pies exclamó a gran voz: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te ruego que no me atormentes.” Lucas 8:28. Los demonios reconocieron la Deidad de Jesús  y por eso se postraban a EL.

La mujer esta desesperada por su hija enferma y por eso pide a Jesús que le expulse ese demonio. ¿Podrá haver otra postura para apelar a la gracia de Jesús? Según el texto paralelo de Mateo la primer repuesta del Señor fue el silencio: “Pero Jesús no le respondió palabra. Entonces acercándose sus discípulos, le rogaron, diciendo: Despídela, pues da voces tras nosotros.” Mateo 15:23. Pero ella insistía por eso los apóstoles le dijeron que la despidiera.

Luego Jesús le dice que primero deben comer los hijos, en este sentido los hijos son los Judíos. Gozaban ellos de ser el pueblo de Dios. No se debía de dar el pan los perrillos. Los judíos usaban el termino perro para referirse a los Gentiles, pero el Señor usa un diminutivo. La mujer no sintió la repuesta del Señor como una ofensa, ella acepto el orden que Dios puso. Ella responde con mucho respeto e ilustra algo que pasa con esos perritos que siempre están debajo de las mesas esperando que caiga algo, ellos se conforman con las migajas. Ella dice Señor yo deseo para mi hija las migajas.

El texto paralelo de Mateo el Señor se admira de la gran fe que tiene esta mujer: “Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora.” Mateo 15:28. En dos ocasiones el Señor expreso admiración por la gran fe y en las dos ocasiones son gentiles, la mujer es una y aquí está el otro: “Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe.” Mateo 8:10.

Por su gran fe que mostros esta mujer el Señor le concede las migajas que ella pidió y fue que el demonio ya había salido de su niña en esa misma hora. No importa la distancia el Señor tiene el poder para sanar tocando y sin tocar, estando cerca y estando lejos. No hay nada que pueda impedir su poder.

¿Cuál sería la aplicación para nosotros?

  • Que siempre pongamos nuestra plena confianza en el Señor.
  • Que vengamos a EL en oración.
  • Que no solo pidamos que también roguemos como le enseño el apóstol Pablo a Timoteo: “Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres;” 1 Timoteo 2:1.
  • Que seamos persistente como la viuda: “También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar,” Lucas 18:1.
  • Aceptemos el orden que Dios puso como la mujer lo acepto: “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.” Romanos 1:16.
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