“YO QUIERO TRABAJAR PARA EL SEÑOR”:

Cantamos este himno y muchas veces no meditamos en lo que estamos cantando.

Yo quiero trabajar por el Señor,
confiando en su palabra y en su amor.
Quiero yo cantar y orar, y ocupado siempre estar
en la viña del Señor.

Trabajar y orar
en la viña, en la viña del Señor.
Sí, mi anhelo es orar y ocupado siempre estar
en la viña del Señor.

 

  1. Yo quiero cada día trabajar,
    y esclavos del pecado libertar;
    conducirlos a Jesús, nuestro Guía, nuestra Luz,
    en la viña del Señor.

 

  1. Yo quiero ser obrero de valor,
    confiando en el poder del Salvador.
    El que quiera trabajar hallará también lugar
    en la viña del Señor.

 

  1. El Trabajo para el Señor no es Vano: “Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.” 1 Corintios 15:58.

Debemos de estar firme y constante cada día: “si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro.” Colosenses 1:23.

Debemos de abundar en la obra del Señor cada día: “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.” Efesios 2:10; “quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.” Tito 2:14.

Porque este trabajo siempre da buenos resultados: “Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma, 12manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras.” 1 Pedro 2:11-12.

 

  1. El trabajo para el Señor debe ser con todo nuestro esfuerzo: “en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez;” 2 Corintios 11:27.

Como los hermanos en Tesalónica: “Porque os acordáis, hermanos, de nuestro trabajo y fatiga; cómo trabajando de noche y de día, para no ser gravosos a ninguno de vosotros, os predicamos el evangelio de Dios.” 1 Tesalonicenses 2:9;

Y los hermanos en Efesios: “Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos;” Apoc.2:2.

 

  • El trabajo para el Señor debe ser hecho con amor: “acordándonos sin cesar delante del Dios y Padre nuestro de la obra de vuestra fe, del trabajo de vuestro amor y de vuestra constancia en la esperanza en nuestro Señor Jesucristo.” 1 Tesalonicenses 1:3.

EL se lo merece: “Todas vuestras cosas sean hechas con amor.” 1 Corintios 16:14.

 

  1. El trabajo para el Señor no será olvidado: “Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún.” Hebreos 6:10.

 

Como lo prometió en los días de Amos: “Jehová juró por la gloria de Jacob: No me olvidaré jamás de todas sus obras.” Amos 8:7.

 

  1. El trabajo para el Señor nos trae fruto y galardón completo: “Mirad por vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de vuestro trabajo, sino que recibáis galardón completo.” 2 Juan 8.

 

El galardón que traerá la gracia de Dios al salvo fiel será completo. No tendrá falta alguna. Compárese: “Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.” Mateo 25:34; “Él le dijo: Está bien, buen siervo; por cuanto en lo poco has sido fiel, tendrás autoridad sobre diez ciudades.” Lucas 19:17; “sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.” Colosense 3:24.

 

 

  1. El trabajo para el Señor terminara cuando muramos: “Oí una voz que desde el cielo me decía: Escribe: “Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen.” 14:13.

 

Este mensaje es del cielo; es inspirado por el Espíritu Santo. Mientras que los que rinden culto al emperador y se identifican con la mundanalidad serán completamente destruidos, habiendo pasado algunos años de vida sobre la tierra, los que perseveran bajo la persecución, guardando los mandamientos de Dios y andando en la fe de la cual Jesús es el autor, al morir «en el Señor» (en una relación aceptable para con el Señor), encontrarán la bienaventuranza del cielo; descansarán de sus obras: “Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos.” (APOC. 6:11), y sus obras de vida fiel les seguirán (no habrán sido en vano, 1 Corintios 15:58) y serán parte de su juicio final.

 

CONCLUSION: Renovemos nuestro compromiso de trabajar por el Señor y recordemos las palabras del Señor en: “Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. 36Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor. 37Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. 38Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.” Mateo 9:35-38.

 

 

 

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