COMO TRATÓ DIOS UN CASO DE DEPRESIÓN:

 ( 1 Reyes 19:1-21)

 

Después que fue respondida la oración de Elias en la que pidió lluvia, después que había pasado un intervalo de tres años; ¡Elías estaba muy entusiasmado! ¡Qué diferente de lo que vemos en el capítulo 19! En este capitulo el hombre que encontramos es muy diferente al que estuvo en el enfrentamiento del Monte Carmelo. Sus argumentos antes un multitud de sacerdotes aquí es intimidado por una Reina.
Santiago nos menciona de Elías que era hombre sujeto a las mismas pasiones que nosotros (Stg 5:17.“Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras,  y oró fervientemente para que no lloviese,  y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses.” Santiago puede haber estado pensando en 1º Reyes 19).
Elías se desanimó del mismo modo que nosotros. Además, no fue el único varón de Dios que le pasó lo mismo: (1) Moisés, Números 11, (2) Jonás, Jonás 4, (3) Pablo, 2ª Corintios 1. Podemos encontrar que el desanimo puede atacar a cualquier hermano, aun así es capaz de afectar al mas fuerte.
Analicemos el problema de Elías, cómo llegó a ese estado, y qué hizo Dios para resolver este problema (1º Reyes 19). Las lecciones de este caso nos servirá de mucho, sobre todo de cómo enfrentar una situación similar. Como Dios se acerco a Elías, y de la manera que le hizo que no todo estaba perdido; sino que tenia mas tareas por hacer.

UN CASO DE DEPRESIÓN (1 Reyes 19:1–4)
Elías entró por la puerta de la ciudad con grandes esperanzas para la nación. Tenemos la imagen de un hombre que es vencedor.
Lo que fuera que Elías esperaba, no llegó a suceder “(1Re 19:1)  Acab dio a Jezabel la nueva de todo lo que Elías había hecho,  y de cómo había matado a espada a todos los profetas.”.   ¡Jezabel se puso furiosa!
¿Por qué no envió Jezabel un asesino en lugar de un mensajero? “(1Re 19:2)  Entonces envió Jezabel a Elías un mensajero,  diciendo:  Así me hagan los dioses,  y aun me añadan,  si mañana a estas horas yo no he puesto tu persona como la de uno de ellos.”  Es probable que estuviera desafiando a Elías a sostener un duelo con ella.
El hombre que le había hecho frente a 450 profetas de Baal, huye de la reina “(1Re 19:3)  Viendo,  pues,  el peligro,  se levantó y se fue para salvar su vida,  y vino a Beerseba,  que está en Judá,  y dejó allí a su criado.”
Mientras iba retirándose de la ciudad hacia el desierto Elías se detiene bajo un enebro “(1Re 19:4)  Y él se fue por el desierto un día de camino,  y vino y se sentó debajo de un enebro;  y deseando morirse,  dijo:  Basta ya,  oh Jehová,  quítame la vida,  pues no soy yo mejor que mis padres.” ¡Tenemos aquí un caso clásico de desánimo!
¿Cómo acabó Elías sentándose debajo de un enebro? Estaba siendo guiado por el razonamiento humano, no por la revelación divina. Esta vez él no esperó «la palabra de Jehová». En este Elías hubiera hecho lo que hacia en otras ocasiones, esperar el consejo de Dios de cómo debía conducirse ante esta situación.

Sus procesos mentales estaban trastornados. Cedió al temor. Cuando cedemos al temor, este crece desproporcionadamente.
No estaba preparado para la decepción que viene después de la victoria. La victoria nos puede volver vulnerables.
Se aisló de las fuentes que le proporcionaban fortaleza. No esperó la palabra de Dios. Se despidió de su criado.
Se dejó llevar por el cansancio. (¡Jamás tome una decisión importante cuando está demasiado cansado!)
Cedió a la auto-conmiseración. La auto-conmiseración dice mentiras, luego las hace más grandes, luego hace que las creamos. La auto-conmiseración puede llevar a una persona al punto del suicidio.

LO QUE DIOS HIZO PARA SANAR ESTE CASO DE DEPRESIÓN (19.5–21).
Dios se hizo cargo de las necesidades físicas de Elías: descanso y alimento “(1Re 19:5)  Y echándose debajo del enebro,  se quedó dormido;  y he aquí luego un ángel le tocó,  y le dijo:  Levántate,  come.(1Re 19:6)  Entonces él miró,  y he aquí a su cabecera una torta cocida sobre las ascuas,  y una vasija de agua;  y comió y bebió,  y volvió a dormirse.(1Re 19:7)  Y volviendo el ángel de Jehová la segunda vez,  lo tocó,  diciendo:  Levántate y come,  porque largo camino te resta.(1Re 19:8)  Se levantó,  pues,  y comió y bebió;  y fortalecido con aquella comida caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta Horeb,  el monte de Dios.”
Dios trató tiernamente a Elías, lo hizo para que Elías apartara la mirada de sus problemas y la pusiera en Él (Vease 1 Rey.  19:9–14).
“(1Re 19:12)  Y tras el terremoto un fuego;  pero Jehová no estaba en el fuego.  Y tras el fuego un silbo apacible y delicado. (1Re 19:13)  Y cuando lo oyó Elías,  cubrió su rostro con su manto,  y salió,  y se puso a la puerta de la cueva.  Y he aquí vino a él una voz,  diciendo:  ¿Qué haces aquí,  Elías? (1Re 19:14)  El respondió:  He sentido un vivo celo por Jehová Dios de los ejércitos;  porque los hijos de Israel han dejado tu pacto,  han derribado tus altares,  y han matado a espada a tus profetas;  y sólo yo he quedado,  y me buscan para quitarme la vida.”

Primero, Dios usó preguntas para hacer salir a Elías de su ensimismamiento.
Luego usó sonidos para sacar a Elías de la cueva.
Dios dio a Elías una obra significativa que hacer (1 Rey.  19:15–18).
Note usted que Dios respondió todo lo que Elías había dicho anteriormente.
Elías: “(1Re 19:14) …porque los hijos de Israel han dejado tu pacto…”Dios: “(1Re 19:15) …y ungirás a Hazael por rey de Siria…” «Hazael, rey de Siria, castigará a Israel».
Elías: “(1Re 19:14) …han derribado tus altares…”Dios: “(1Re 19:16)  A Jehú hijo de Nimsi ungirás por rey sobre Israel…” «Jehú destruirá la dinastía de Acab. No habrá más culto a Baal de allí en adelante».
Elías: “(1Re 19:14) …y han matado a espada a tus profetas…”Dios: “(1Re 19:16) …y a Eliseo hijo de Safat,  de Abel-mehola,  ungirás para que sea profeta en tu lugar” « Te proporcionaré un reemplazo [Eliseo]».
Elías: “(1Re 19:14) …y sólo yo he quedado,  y me buscan para quitarme la vida.”Dios: “(1Re 19:18)  Y yo haré que queden en Israel siete mil,  cuyas rodillas no se doblaron ante Baal,  y cuyas bocas no lo besaron.” «Hay siete mil que no han   doblado su rodilla ante Baal».
Dios estaba haciendo a Elías entender que su vida no había acabado, que todavía tenía trabajo significativo que hacer.
«Puede que no haya más confrontaciones sobre el monte Carmelo, pero todavía habrá momentos dramáticos».
¡Dios también hizo planes para que él hiciera el importante trabajo de capacitar hombres más jóvenes!
Dios dio a Elías un amigo y compañero “(1Re 19:19)  Partiendo él de allí,  halló a Eliseo hijo de Safat,  que araba con doce yuntas delante de sí,  y él tenía la última.  Y pasando Elías por delante de él,  echó sobre él su manto.(1Re 19:20)  Entonces dejando él los bueyes,  vino corriendo en pos de Elías,  y dijo:  Te ruego que me dejes besar a mi padre y a mi madre,  y luego te seguiré.  Y él le dijo:  Ve,  vuelve;  ¿qué te he hecho yo?(1Re 19:21)  Y se volvió,  y tomó un par de bueyes y los mató,  y con el arado de los bueyes coció la carne,  y la dio al pueblo para que comiesen.  Después se levantó y fue tras Elías,  y le servía” .
Elías salió de la oscura cueva y fue a hacer lo que Dios mandó. Se había «descarrilado», ¡pero Dios lo encarriló nuevamente!
Elías encontró a Eliseo. Elías era un hombre del desierto; Eliseo era un granjero. ¡Dios puede usar una diversidad de personalidades y talentos si los hombres y las mujeres se consagran a Él!
Eliseo siguió a Elías «y le servía» (vers. 21). Eliseo suplía lo que Elías necesitaba. ¡Todos necesitamos amigos!
No es sobre el monte Carmelo, el monte de la victoria, donde descubrimos de qué estamos hechos, sino que es sobre el monte Sinaí, el monte de la soledad, esto es, cuando las cosas no salen como esperábamos ni como pensábamos.
Cuando usted se encuentre en la oscura cueva de la auto-conmiseración, ¡vuélvase al Señor y confíe en Él! ¡Salga de esa cueva!

 

 

 

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Por: Manuel Lopez Lira.                                                

 

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