UN ESTUDIO SOBRE EL MATRIMONIO:

  1. ¿QUE ES EL MATRIMONIO?

 

  1. A. Es el pacto entre dos personas, varón y hembra, que se aman y que han decidido unir sus vidas voluntariamente, para cumplir juntos el propósito de Dios, formando una familia según el orden establecido por El mismo. Malaquías llama a la esposa la mujer de tu pacto:2:14. Y Proverbios.2:17. Dice que se el hombre se olvida de su pacto. Ambos tanto el hombre como la mujer tienen las misma responsabilidad en el matrimonio ninguno de ellos pueden violar este pacto que hizo delante de Dios, ya que Dios es el único que casa. Mateo.19:6. Ni la iglesia ni el gobierno casa, solo Dios es el único que tiene ese poder y esa autoridad de casar.
  2. Un buen matrimonio está basado sobre compromiso no sobre sentimiento.

 

Los dos se comprometen a ser fieles el uno al otro, independientemente de los    problemas que pudieran surgir entre ellos.

 

  1. LA BASE Bíblica DEL MATRIMONIO.

 

  1. Es interesante notar que la primera afirmación sobre el matrimonio que se encuentra en el primer libro de la Biblia, Génesis es tan completa que cubre todos los elementos para un matrimonio maravilloso. Génesis.2:24-25. 24Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. 25Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban.
  2. En estos dos versículos vamos a ver cuatro principios dinámicos que garantizan la felicidad del hombre y de la mujer. Muchos de los conflictos familiares tienen su raíz en que hemos quebrantado uno o más de estos principios bíblicos. Aunque Dios nos los dio hace miles de años, aún son actuales y están tan vigentes ahora en el siglo XXI, como lo estaban en aquel entonces. Aunque las parejas no lo quieran respetar ni aceptar, pero son la base que Dios dejo.
  3. Es significativo que las mismas palabras del versículo 24, que salen de la boca de

Adán, 24Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne” se repiten tres veces en el Nuevo Testamento. Dos veces son las palabras de Jesús Mateo.19:5; Marcos.10:7-8. Y una vez fueron las palabras del apóstol Pablo. Efesios.5:31.

  1. Una vez esta afirmación fue declarada antes de la caída del pecado, y tres veces después de que entró el pecado. Es decir, aquí tenemos el plan matrimonial de Dios para el hombre en su estado perfecto y también en un mundo de pecado.
  2. Separación: “dejará a su padre y a su madre”
  3. Lo que no significa. Primeramente es necesario establecer que el dejar a los padres no quiere decir abandonarlos, ni faltarles al respeto. Al contrario, uno de los 10 mandamientos, que son principios universales que nunca pasan de moda, es «Honra a tu padre y a tu madre».20:12; Mateo.15:4; Efesios.6:3. Cuando la pareja se casa, ya no viven bajo el mandamiento de, «Obedeced a vuestros padres, Efesios.6:1. Porque ahora están formando una nueva familia, cuya cabeza es el nuevo esposo; sin embargo, la Palabra de Dios a ellos es: Honrar a padre y madre.
  4. »Dejar a los Padres» significa cortar el «cordón umbilical». Esto quiere decir no vivir dependiendo de ellos, ni física, ni económica, ni emocionalmente. Esto no implica que el joven tenga que haber comprado una casa con todos sus muebles antes de casarse. Casi siempre hay luchas y sacrificios financieros los primeros años. Sin embargo es preferible que la pareja viva en un cuarto humilde en vez de vivir con los papás de uno de ellos. Por muy buenos que sean los padres, es muy difícil, si no imposible, que hayan dos familias y dos cabezas bajo el mismo techo sin tener fuertes conflictos. A veces la separación emocional es lo más difícil. Ahora las opiniones, gustos y sugerencias de los padres tienen que tomar un lugar secundario y el cónyuge toma primer lugar, después de la relación con Dios. La mujer que siempre tiene que recurrir a mamá para que le ayude a resolver sus problemas, no estaba lista para casarse. En otros casos, son los hombres de 30 o 40 años de edad que todavía dependen emocionalmente de su mamá.
  5. Los Padres Tienen que Soltar a los Hijos Casados. Hay un libro cuyo título es: “Abrácelos fuertemente mientras les permite irse” Estas palabras expresan precisamente el papel de los padres cuando sus hijos se casan y se van. Ellos tienen que eliminar cualquier dependencia y permitir a la pareja tener privacidad y un ambiente propicio para desarrollar su nueva relación. Es triste pero cierto que hay madres dominantes que ven el matrimonio de su hijo como una amenaza para su relación con él, y por lo tanto, nunca están satisfechas con las novias que él lleva a casa. Esta situación es aún más marcada si la mamá ya es viuda o divorciada o se va a quedar sola después de la boda. En estos casos requiere verdadera madurez y un amor no egoísta de parte de la madre, para que ella desee lo mejor para su hijo, y que ponga a un lado sus propias necesidades y gustos. Esto requiere del amor «ágape», el amor que no busca lo suyo.
  6. Un Concepto Revolucionario. Es interesante notar que el principio bíblico dice que el hombre debe dejar a su padre y a su madre. ¿Por qué menciona al hombre y no a la mujer? Era algo normal en esos tiempos que la mujer tuviera que dejar su casa para hacerse miembro de la familia de su marido. Pensamos en Rebeca y en Raquel como ejemplos del Antiguo Testamento. Por eso, es un mensaje revolucionario el que se encuentra en este principio bíblico: que el hombre tenga que dejar a su familia.
  7. Hay que Eliminar toda Actitud Negativa hacia los Padres. Como es dañino estar demasiado ligado a los padres, es igual de dañino guardarles rencor y resentimiento. Aunque sorprendente, es cierto que uno está atado emocionalmente a la persona contra la cual tiene rencor.
  8. El hombre que sufrió con una madre muy dominante tal vez abusiva, puede entrar en el matrimonio con un odio o resentimiento en su subconsciente contra cada mujer. La esposa sufre las consecuencias de la ira reprimida de su marido. El único remedio es perdonar de todo corazón a la madre, para ser libre, aun si esta ha muerto.
  9. La mujer que fue abusada sexual o físicamente por un padre perverso muchas veces entra en el matrimonio con desconfianza de todo hombre. Al pasar el tiempo, en su subconsciente, ella desea vengarse o maltratar a los hombres en su vida, posiblemente con frigidez o de muchas otras maneras. La mayoría de nosotros llegamos al matrimonio llevando cargas de nuestro pasado y no podemos disfrutar del presente porque no hemos tratado correctamente al pasado. La mujer que sufrió abuso sexual o maltrato de cualquier forma, si ella nunca lo ha sacado a luz, si nunca ha tratado con esta ofensa, es muy probable que tenga una herida en su alma, y es muy probable también que esté afectando su matrimonio.
  10. El hombre que sufrió burlas, desprecio, rechazo o algo semejante en su niñez o juventud, si él nunca lo ha confesado y nunca ha recibido sanidad interior, es muy probable que él vive atormentado, o encerrado en sí mismo o enojado con medio mundo sin saber por qué. Si es así, seguramente está afectando a su matrimonio.
  11. El divorcio de los padres, padres perfeccionistas, padres que no expresaron afecto… éstas y otras cosas producen heridas y un sentir de rechazo en el niño o joven. El resultado es la inhabilidad de recibir y dar amor, por lo menos la inhabilidad de expresar amor.
  12. LAS BUENAS NUEVAS. Jesús vino a 1El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; Isaías. 61:1. Usted puede ser libre de las cargas del pasado. Usted puede ser sanado de las heridas interiores.
  13. Confrontar y Confesar su Necesidad. Hasta que esté dispuesto a confrontar y tratar estas heridas del alma, éstas seguirán siendo como una llaga de infección en el cuerpo que se ha cubierto con una costra. Aunque duele quitar la costra y aplicar medicina, es necesario para recibir sanidad total. Requiere humildad de nuestra parte confesar que si hay resentimiento, rencor o dolor en nuestros corazones contra nuestros padres u otro adulto que ayudó en nuestra formación. Hay que aclarar que no es falta de respeto, ni es apuntar con el dedo a los padres cuando confrontamos la verdad; no existen padres perfectos, todos cometemos errores con nuestros hijos; sin embargo, unas personas han sufrido más que otros y su pasado está perjudicando su matrimonio.
  14. Decidir Perdonar y Soltar Todo Resentimiento. El rencor es un veneno para el cuerpo y para el espíritu; es un lujo que no podemos darnos. El Padre nuestro dice: “Y perdónanos…como (en la misma manera) perdonamos”. Mateo.6:12. Si alguien dijera «No siento perdonar”, hay buenas noticias: el perdonar no es una emoción, sino una decisión. Si usted decide perdonar, puede hacerlo. Aunque sus emociones estén gritando que no lo haga, de su voluntad, de su espíritu. DECIDA perdonar a las personas que le hicieron daño en su niñez o juventud. Probablemente ellos también fueron víctimas y sufrieron por falta de afecto en sus familias. Hay una historia en Mateo.18:23-35. De dos siervos que debían a sus amos. El primero debía millones y cuando no pudo pagar, rogó por misericordia y su señor le perdonó. Pero al salir de allí encontró a un compañero de trabajo que le debía una cantidad relativamente pequeña y en lugar de perdonarle, lo mandó a la cárcel. Al saberlo, su amo le reclama y recuerda que él le había perdonado una cantidad mucho más grande. El relato concluye con los versículos 33 al 35 así: «¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti? Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía. Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas». Fíjese bien en la palabra «verdugos». Significa «los que atormentan». La enseñanza clara es que si insistimos en guardar rencor y no perdonar, después de tanto que Dios nos ha perdonado, le estamos abriendo la puerta a los que atormentan. Estos «atormentadores» pudieran ser el temor, la depresión, confusión, opresión. etc.

POR: MARIO MORENO.

 

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